Estamos en pleno verano y eso significa que mucha gente acudirá a refrescarse a la playa, a lagunas, ríos… o a las piscinas, ya sean públicas o privadas.
Apetece meterse en el agua y pasar un gran día, pero para evitar “aguar la fiesta” (perdón por el chascarrillo), hay que tener en cuenta una serie de precauciones.
El sol:
Si, nos vamos a meter en el agua. Pero el rato que estemos fuera debemos protegernos del sol. Sombrillas y zonas de sombra mientras comemos, leemos o jugamos a las cartas nos ayudan a resguardarnos de nuestra estrella, el Sol.
Pero eso no quita para protegernos la piel con crema con protección solar (especialmente en niños) y así evitar quemaduras y, a largo plazo, cáncer de piel. Así como gorras o sombreros para la cabeza y gafas de sol para los ojos.
Parece muy obvio lo que estoy diciendo, pero más de uno tiene que tirar del bote de aftersun y no puede dormir porque le molestan las sábanas de las quemaduras en la piel.
Y por supuesto, beber agua de vez en cuando para no deshidratarnos y evitar problemas de salud relacionados con las altas temperaturas como el golpe de calor.
Debemos tener más cuidado aún con las personas mayores, que “se olvidan de beber” y de los niños, que no quieren dejar de jugar para ir a por un vaso de agua.
El agua:
El agua de mar, de los ríos, de las piscinas… no es estéril. Contiene microorganismos como virus y bacterias, así que debemos tener cuidado de no bañarnos si tenemos heridas recientes o si hace poco que nos hemos hecho un tatuaje o piercing.
Eso sin contar con que algún personaje haga sus necesidades en ella.
Por eso, según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en aguas recreativas podemos contraer enfermedades. Uno de los problemas de salud más comunes es la diarrea. Así que cuidado con jugar a las aguadillas que podemos tragar cosas que no queremos.
Nosotros mismos podemos meter otra serie de bichitos en la piscina antes de bañarnos, por eso es obligatorio ducharse antes de entrar a una piscina.
Infección de oído y sarpullidos en la piel son otros problemas que podemos sufrir al bañarnos en sitios públicos.
En mares, ríos, lagunas, pantanos…. si ves que el agua tiene un color raro, está turbia o hay tuberías cerca, mejor no meterse. Si no conoces el sitio, la profundidad del agua, las mareas o si incluso no esta permitido bañarse, no te metas. Una de las recomendaciones de cruz roja es que en la zona tengas cobertura para llamar por teléfono por si pasa cualquier cosa.
Por último, si dentro del agua notas que por alguna razón no te encuentras bien, sal. Si notas que te mareas, te dan calambres… sal del agua, no esperes a que se te pase.
Los niños:
Ojo con los pequeños porque son muy propensos a salir corriendo y tirarse al agua. Esto puede dar lugar a problemas muy serios como ahogamientos o golpes graves. Por eso, debemos vigilar que no se tiren de cabeza en piscinas o ríos (puede haber rocas debajo) y que no corran por el borde de la piscina y si son muy pequeños no dejar que vayan al agua solos. Ya conocemos casos este mismo verano de niños que han muerto en piscinas y en el mar.
https://www.malagahoy.es/estepona/muere-nino-piscina-Estepona_0_1777323998.html
Muy importante también tener cuidado con los flotadores. No todos valen y de hecho pueden ser peligrosos. Estad atentos a lo que recomiendan los pediatras.
La comida:
Lo primero, te bañes donde te bañes, no pienses que porque vengas de estar sumergido en agua estás limpio. Lávate las manos con agua corriente y jabón siempre antes de comer. Y si no tienes a mano, utiliza gel hidroalcohólico con al menos un 60% de alcohol.
Cuidado con llevarse tortillas o ensaladillas con mahonesa casera al campo, la playa o la piscina…. Podemos celebrar el festival de la gastroenteritis.
Mejor comidas ligeras y evitar meterse de golpe en el agua después de comer (o sin haber comido). No, no te va a dar el famoso “corte de digestión” por bañarte sin esperar 2 horas después de comer. El problema no es el agua, el problema es un cambio de temperatura brusco.
O sea, te puede dar un “corte de digestión” o mejor dicho, un síndrome de hidrocución sin meterte en el agua. Pero, ¿cómo sé si alguien sufre este síndrome? La persona suele quedarse pálida, tener escalofríos, mareos, visión borrosa, nauseas y vómitos, calambres y en algunos casos perder la consciencia y ser mortal. Por eso lo que os ponía antes de que si notáis calambres y os empezáis a encontrar mal dentro del agua, decidlo y salir del agua en cuanto podáis.
Si no quieres esperarte 2 horas después de comer para ir al agua. No pasa nada. Lo único es que te tienes que meter poco a poco.
El alcohol:
Bañarse habiendo bebido alcohol no es una buena idea. Tenemos menos reflejos y menos conciencia de lo que hacemos. Esto hace más fácil que tengamos accidentes como resbalar en el borde de una piscina. No queremos acabar en una silla de ruedas por un mal golpe.
Referencias:
https://estilosdevidasaludable.sanidad.gob.es/seguridad/ahogamiento/ninnos/home.htm
https://www.cruzroja.es/prevencion/verano_04.html
https://www2.cruzroja.es/web/ahora/-/consejos-disfrutar-bano-seguro-piscinas-rios-pantanos
Imágenes:
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