Llevo meses sin publicar en la web y os preguntaréis dónde me he metido. Pues…¡dando clase! De ciencia, por supuesto.
He estado un año trabajando como profesora de clases extraescolares de ciencia con niños de primaria. ¡Haciendo experimentos!
Después de muchos años volví a ponerme la bata y a utilizar una pipeta, aunque esta vez eran de plástico. Y lo que más me ha gustado de todo, como cuando hacía prácticas en el laboratorio, ha sido APRENDER. Aprender sobre ciencia y aprender cómo contarla.
Conociéndome, es fácil saber que lo que más me ha gustado tratar con los niños y niñas ha sido la fisiología humana. Hablar de distintos órganos y tejidos y cómo funcionan me apasiona. Además, la experiencia me ha permitido recordar y aprender sobre física, geología, botánica, química, electricidad…
Y como sigo siendo una niña por dentro, me lo he pasado súper bien jugando con los experimentos y viendo las caras de asombro de los alumnos cuando hacemos pociones mágicas para Halloween o nieve falsa en Navidad. Experimentos que luego me encanta hacer en casa con la peque.
Esta era una cara de la divulgación científica en la que todavía no había trabajado, ya que todos los formatos que he utilizado para comunicar la ciencia estaban destinados a adultos. Ahora tenía que adaptar el lenguaje a su contexto y a su edad, y hacerlo entretenido mientras vigilaba que los niños y niñas siguieran los pasos del experimento correctamente para que no hubiera dramas.
Y aún así les he hablado de moléculas, de qué es un ‘control‘ en un experimento, del método científico… Y las 2 metas que yo quería conseguir cada trimestre con los distintos grupos de alumnos: fomentar su pensamiento crítico y su curiosidad. Y de paso, desterrar mitos que me parece súper importante que conozcan desde pequeños. Mitos como que ‘un químico es algo malo’.
Además, he podido corroborar la importancia de la motivación y el interés por aprender. Si no hay interés, da igual lo divertido o lo accesible que lo hagas. Pero si los niños (en este caso) están ahí por voluntad propia y porque sienten verdadera curiosidad por entender la ciencia, recordarán lo que han aprendido ese día y apreciarán tu trabajo.