¿Existe la gordofobia?

Muchos activistas que luchan contra la gordofobia en Internet afirman que la obesidad no es una enfermedad, es un factor de riesgo. Y sí que es cierto que es un factor de riesgo para desarrollar muchas enfermedades y problemas de salud (hipertensión arterial, síndrome metabólico, diabetes tipo 2, 13 tipos de cáncer, etc, etc, etc.

 

Pero, ¿es cierto eso de que no es una enfermedad?

 

Vamos a ver qué dice la evidencia científica:

 

La obesidad es una enfermedad crónica con alta prevalencia que se caracteriza por una acumulación o distribución excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud y requiere cuidados de por vida.
La obesidad es una enfermedad crónica, progresiva y en la que se sufren recaídas, caracterizada por la presencia de una adiposidad anormal o excesiva que daña la salud y el bienestar social.
La obesidad es una enfermedad crónica y grave.

Según el Diccionario Médico de la Real Academia Nacional de Medicina de España, en su diccionario de términos médicos, la obesidad es un trastorno crónico caracterizado por una acumulación excesiva de grasa en el tejido adiposo. Tenéis un link a su definición de enfermedad y de factor de riesgo en las referencias más abajo.

 

Para explicaros de forma muy simple una enfermedad es que algo funcione mal en nuestro cuerpo. A veces se la llama patología o trastorno. Algunos ejemplos de enfermedad son la esclerosis múltiple, la gripe, el sarampión o la Covid-19. 

 

Por otro lado, un factor de riesgo es comprar papeletas para que algo malo nos pase. Por ejemplo, el tabaquismo, beber alcohol o exponerte al sol sin echarte crema protectora. 

 

Vale, ya os he dado la turra con las definiciones. Y ahora…

 

¿Cómo sabemos si una persona tiene exceso de grasa corporal? 

 

Hasta ahora se utilizaba el IMC, el Índice de Masa Corporal para establecer si una persona tenía obesidad o no. Pero desde hace años sabemos que esto no es muy fiable, porque hay personas que pueden tener un IMC alto pero no tener exceso de grasa, por ejemplo los culturistas.

 

Como no quiero ponerme a hablar de kilos, centímetros y porcentajes de masa grasa en este post dejamos esto aparcado.

 

Lo importante, cómo prevenir que aparezca:

 

Alimentación saludable: Rica en productos vegetales (verduras, legumbres, hortalizas, frutas), que sustituya el pan, la pasta y las harinas blancas por integrales y evitando alimentos azucarados y alimentos ultra procesados como los típicos precocinados, comida rápida, refrescos.

 

 

Realizar ejercicio físico diario: Si tienes que empezar por el típico «salgo por las tardes a andar» ¡está genial!, pero empieza. Y de ahí intenta ir haciendo más ejercicio como correr, hacer pesas…. 

 

Cuidar nuestra microbiota intestinal: Haciendo el resto de cosas de esta lista cuidas bastante bien de los bichitos de tus tripas.

 

Cuidar tu salud mental: Si estás menos ansioso, estresado…. es más improbable que te pongas a picotear guarradas.

 

Dar teta: la lactancia materna ha demostrado prevenir el sobrepeso y la obesidad tanto en la madre como en la criatura.

 

Intenta dormir bien.

 

Evita el alcohol.

 

Un truqui de madre: Si no lo compras, no te lo comes. Si no te traes las guarradas del súper será mucho más fácil no comerlas 🙂

 

Sé que no he profundizado mucho en ello, pero si no esto se hace súper largo ya que en la obesidad se ven envueltos factores biológicos, psicológicos y sociales. Desde el entorno donde vives, si tienes turnos de noche, como te desplazas al trabajo, tus gustos, tus genes, tu familia, tu mente, tus tripas…. un millón de factores que intervienen en esta enfermedad tan compleja, por algo es una enfermedad multifactorial.

 

Vamos al por qué de este artículo.

Además de que hoy, 4 de marzo, es el Día Mundial contra la Obesidad, la revista The Lancet acaba de publicar un artículo en el que alerta de que la prevalencia de la obesidad desde 1990 hasta 2022 ha aumentado en mujeres en 188 países, y en hombres en todos los países estudiados (197 países).

Según este estudio, en el año 2022 había en el mundo 504 MILLONES de mujeres y 374 MILLONES de hombres con obesidad. Además, 'el número de niñas y niños con obesidad en 2022 fue de 65,1 millones y 94,2 millones respectivamente.'

Explicar cómo funciona la obesidad, cómo se produce, los factores de riesgo… es muy extenso. Con este artículo sólo quiero que sepáis 2 cosas. Que la obesidad es un problema grave de salud pública en todo el mundo y cómo prevenirlo.

 

Pero yo ya tengo obesidad, ¿cómo lo soluciono? 

Pide ayuda. La obesidad es muy compleja y su tratamiento debe ser individualizado. Depende de si tienes alguna enfermedad más, de tu edad, de tus horarios de trabajo, de tu situación familiar, tus gustos, tu salud mental….

 

Necesitas primero pedir ayuda a tu médico de cabecera. Y si te lo puedes permitir, acudir a un/a nutricionista y un psicólogo/a especializado. 

 

¿Psicólogo? Si yo no estoy loco/a.

Nuestra salud mental y la obesidad están muy, muy, muy relacionados. Nuestras emociones, nuestros pensamientos…. 

 

Aviso: Si el nutricionista o profesional sanitario se empeña en pesarte cada semana o cada 2 semanas HUYE.

 

Y por responder a la pregunta del título de este artículo….

 

Ya hemos dicho que la obesidad es muy mala y todo eso pero al final, las personas con obesidad son eso, personas. Y SÍ, LA GORDOFOBIA EXISTE.

 

En términos más médicos o sanitarios se le llama estigma de peso, y está comprobado científicamente que daña a las personas que sufren obesidad, a su salud y a su tratamiento

 

Las personas con sobrepeso u obesidad son etiquetadas muchas veces como vagas, con poca fuerza de voluntad… Se les acusa de ser los culpables de padecer obesidad. La sociedad tiene un montón de prejuicios y estereotipos frente a las personas con esta enfermedad y eso puedo provocar desde problemas de salud mental a falta de oportunidades laborales. Os dejo info en las referencias.

 

Y no hace falta ir a ver qué dicen las instituciones o las sociedades científicas, no hay más que navegar por las redes sociales de personas con sobrepeso u obesidad y ver los comentarios que algunos dejan en sus publicaciones, sobre todo en el caso de los activistas contra la gordofobia. Insultos, amenazas….

 

Además, en la vida diaria, muchas personas lo sufren. Un ejemplo, además de los peores, es en la consulta médica. Muchas personas con sobrepeso u obesidad acuden a consulta por cualquier problema de salud como  alteraciones en la menstruación, dolores de espalda o dificultad para respirar y lo primero que le dicen es que pierda peso, sin hacer ninguna prueba diagnóstica para ver si hay algo más.

 

Dicho esto, yo no comulgo con algunas de las cosas que dicen algunos activistas contra la gordofobia. Algunas cosas hay que cogerlas con pinzas. Me explico, tienes que quererte y aceptar el cuerpo que tienes, con la forma que sea, pero eso no quiere decir que intentar mejorar tu salud bajando peso y el exceso de grasa sea malo o gordófobo. Pero esto es un melón muy grande así que dejémoslo en esto:

La gordofobia es real y afecta de muchas maneras a la vida de las personas con obesidad. Pero se tachan de gordófobas muchas cosas que no lo son.

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