Pseudoterapias | ¿Qué son? ¿Pueden ser peligrosas?

Las pseudoterapias como el reiki o el biomagnetismo son prácticas que no se basan en la ciencia. No sólo suelen ser caras si no que pueden ser peligrosas. ¿Cómo? Descúbrelo en el post.

¿Afecta el verano a tu microbiota intestinal?

¿Tienes cuesta ir al baño? ¿Te notas más hinchada? Estos pueden ser algunos de los problemas que trae consigo el verano y que están relacionados con nuestra microbiota intestinal. 

 

¿Qué es la microbiota intestinal?

La microbiota intestinal es el grupo de microorganismos que vive en nuestro intestino, lo que antes llamábamos «flora intestinal». Y no son sólo bacterias, también viven en nuestras tripas otros «bichejos»: virus, hongos como las levaduras y unas células especiales que se llaman arqueas.

 

¿Y sirve para algo?

Sirve para mucho. La microbiota intestinal hace muchas cosas buenas por nosotros. De hecho, cuando esa comunidad de vecinos que es nuestro intestino se altera, empezamos a tener problemas.

 

Por nombrar sólo algunas tareas, nuestra microbiota intestinal se encarga de:

 

  • Digerir y fermentar partes de alimentos que no hemos podido digerir en el estómago para conseguir energía y absorber más nutrientes.
  • Fabricar y liberar enzimas, hormonas y vitaminas como la vitamina K. 
  • Regular el metabolismo.
  • Luchar contra otros bichejos que puedan provocarnos infecciones (patógenos). 
  • Ayudar al sistema inmune. 

Gracias a todas esas tareas, muchos órganos y sistemas de nuestro cuerpo funcionan correctamente, por ejemplo, los músculos e incluso el cerebro.

 

¿Por qué están todos esos bichejos en mi intestino?

La respuesta es muy sencilla. Porque no vivimos en un ambiente estéril. Estamos rodeados de microorganismos desde que nacemos. Ya que es en ese momento cuando entramos en contacto por primera vez con ellos. De hecho, la microbiota de un bebé es distinta si nace por parto vaginal o por cesárea y si toma leche materna o de fórmula. 

 

Y es que el ambiente es diferente para cada uno de nosotros. Por eso no todos tenemos los mismos bichejos ni en las mismas cantidades. Nuestra microbiota es única, como una huella dactilar.

 

 

¿De qué depende nuestra microbiota intestinal?

Cada uno tenemos una cantidad de microorganismos distintos en nuestro intestino, cada uno con sus nombres y apellidos. Y varían dependiendo de muchos factores, entre otros:

 

  • La alimentación.
  • El ejercicio físico.
  • El sueño.
  • El estrés.
  • Si vivimos en el campo o en la ciudad.
  • Si estás tomando medicación (sobre todo antibióticos).

¿Cómo le afecta el verano?

Como veíamos antes son muchos los factores que afectan a nuestra microbiota intestinal y a su capacidad de hacer todas esas tareas beneficiosas. 

 

Así que te habrás podido imaginar que si durante el verano cambiamos nuestra alimentación, nuestra rutina de ejercicio físico y las horas y la calidad de sueño, los microorganismos que viven en nuestro intestino no van a estar muy contentos. 

 

Comemos más comida basura, picamos más entre horas y bebemos más refrescos y alcohol. Además, en verano trasnochamos más y dormimos peor por el calor. Y por si fuera poco nos volvemos más sedentarios

 

Pero es que además los cambios de ambiente y los viajes (sobre todo si son largos y suponen cambios horarios), también puede afectarnos. Eso por no hablar de que mucha gente no va a gusto al baño si no está en su casa.

 

Por eso probablemente estos meses hayas notado la tripa más hinchada, tengas más gases, estreñimiento….

 

Y no olvidemos que muchas cosas en nuestro cuerpo cambian con la estación del año. Recordad que seguimos unos ritmos biológicos, como los ritmos circadianos (que duran 24 horas).

 

Dependiendo de la hora del día o de la estación del año en la que nos encontremos, y por tanto, de las condiciones del ambiente (luz, temperatura, humedad, contaminación…), cosas como nuestros niveles en determinadas hormonas o nuestra digestión cambian. 

 

La investigación sobre los ciclos de 24 horas y su efecto en la microbiota es más robusta que los estudios sobre los cambios en la microbiota según la estación del año, ya que en muchos casos se relaciona con la mayor disponibilidad de ciertos tipos de alimentos. 

 

Pero tomemos la información con cuidado porque, como os digo, aún hay muchas cosas que no sabemos de esa comunidad de vecinos que tenemos en la tripa.

 

 

Pero, ¿y el calor? 

La temperatura forma parte del ambiente, y ya existen un montón de estudios sobre el calor y su efecto en la microbiota intestinal de distintas especies animales. Y sí, ya hay investigaciones de cómo afecta el calor a la microbiota intestinal en las personas.

 

El calor se considera un estresor. Y ya sabemos que el estrés tampoco le gusta a la microbiota intestinal. 

 

En un estudio publicado hace menos de 3 meses se vio que exponer a atletas a calor, algo que se suele hacer para mejorar el rendimiento deportivo, altera la microbiota intestinal. Lo que conluyó en este, y en otros estudios que te dejo en las referencias, es que cuanto más calor, menos sangre llega a nuestras tripas. Como veíamos cuando tratamos cómo nos afectan las olas de calor, la sangre se va a la piel para intentar enfriar los órganos internos. Así que el intestino recibe menos sangre, y con eso, menos oxígeno.  

 

Según distintos estudios, las altas temperaturas hacen que los microorganismos no puedan trabajar bien y provocan disbiosis, es decir, que todos esos bichejos pierdan su equilibrio. Y dos de las consecuencias de la disbiosis son la inflamación y la alteración de la permeabilidad, es decir, la capacidad que tiene nuestro intestino de dejar pasar los nutrientes (y otras cosas) a la sangre.

 

Estos cambios en la microbiota intestinal pueden provocar la aparición de ciertos trastornos y que sea más fácil tener una infección. De hecho, la disbiosis se ha relacionado con enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes, enfermedades metabólicas, enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedades autoinmunes, incluso enfermedades mentales. 

 

Todavía desconocemos muchísimas cosas sobre la microbiota intestinal. Pero parece que las altas temperaturas estresan nuestro sistema nervioso y nuestro sistema inmune. Así, empiezan a llegar señales a nuestro intestino, a través de neurotransmisores y hormonas, que le dicen a la comunidad de bichejos que algo no va bien.

 

Pero es que además, el calor también provoca deshidratación. Y cómo el cuerpo es sabio, tiene mecanismos para ahorrar agua, por ejemplo fabricar menos orina y hacer las heces, (las cacotas) más secas. 

 

Ya se ha visto en animales que no tener suficiente agua de forma crónica altera la composición de la microbiota intestinal, osea, el tipo de bacterias que tenemos. Incluso hay menos células inmunes en el intestino. 

 

Pero de nuevo, necesitamos más investigación, sobre todo en humanos.

 

¿Cómo podemos ayudar a nuestra microbiota intestinal?

  • Comiendo de forma saludable: Lo que os digo siempre, mejor alimentos vegetales como frutas, hortalizas, legumbres, alimentos integrales y frutos secos. Cuanto más de eso mejor. En parte porque contienen fibra, que es un prebiótico, o lo que es lo mismo, comida para bacterias.
  • Evitando alimentos ricos en grasas y cargados de azúcar y/o sal: Se ha visto que este tipo de alimentos, como los ultraprocesados, favorecen que crezcan las bacterias malas.
  • Comiendo alimentos probióticos, es decir, alimentos que contienen bacterias buenas vivas como el yogur, el kefir y alimentos fermentados.
  • Haciendo ejercicio
  • No tomando antibióticos sin receta.
  • Cuidando nuestra salud mental.

Si sigues estos consejos, la comunidad de vecinos que vive en tu cuerpo y tú os llevaréis mejor y podrás prevenir muchos problemas de salud.

 

Referencias:

https://translational-medicine.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12967-022-03296-9

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2405654521001773 

https://www.cell.com/iscience/fulltext/S2589-0042(24)01125-8 

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38994870/

https://link.springer.com/article/10.1007/s12088-021-00948-0#Sec13

https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1440244020306629

https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0723202015000454

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6835969/ 

https://www.medicalnewstoday.com/articles/gut-microbiome-fluctuates-throughout-the-day-and-across-seasons#Details-from-the-gut-microbiome-study

https://www.cell.com/cell-metabolism/pdf/S1550-4131(21)00122-4.pdf

https://www.pexels.com/es-es/foto/mujer-en-vestido-blanco-libro-de-lectura-5852476/ 

Libro: Tu cerebro tiene hambre. Boticaria García (2023)

 

Imágenes: 

Foto de cottonbro studio: https://www.pexels.com/es-es/foto/mujer-en-vestido-blanco-libro-de-lectura-5852476/ 

Image by OpenClipart-Vectors from Pixabay

Enfermedades de Transmisión Sexual

Estamos en verano y eso significa que nos descontrolamos un poco. Perdemos nuestras rutinas habituales, tenemos menos cuidado con la alimentación, el deporte, el sueño….

 

Además empieza la época de ferias, conciertos y festivales y en muchas ocasiones eso va acompañado de consumo de alcohol, tal vez de otras drogas y de encuentros sexuales.

 

Todo ello aumenta el riesgo de contraer una Enfermedad de Transmisión Sexual o ETS. 

 

 

¿Qué son las Enfermedades de Transmisión Sexual?

Son enfermedades infecciosas provocadas por diferentes microorganismos (bacterias, virus, hongos, protozoos o parásitos) que se transmiten a través del sexo, ya sea vaginal, anal u oral

 

Aquí me vais a permitir que sea un poco explícita pero si estas cosas no se hablan no se saben. No sólo es poner en contacto los genitales, o los genitales con la boca o el ano. Cuando hay transmisión de fluidos ya la hemos liado. Me explico.

 

Si se utilizan juguetes sexuales o la masturbación de una persona a otra sin medidas de precaución la podemos liar. Me explico, si dos o más personas van a compartir un juguete sexual hay que lavarlo con agua y jabón después de utilizarlo y antes de pasárselo a otra persona. Lo mismo que las manos.

 

Yo misma me sorprendí muchísimo cuando, leyendo y aprendiendo sobre este tema, me enteré de que si masturbas a alguien que tiene una ITS y te rascas el ojo sin darte cuenta. Pum, infección en el ojo. Sí, puedes tener, por ejemplo, gonorrea en el ojo.

 

¿Cómo te quedas?

 

Pero no sólo se transmiten así, también pueden contagiarse al compartir jeringuillas y entrar en contacto con la sangre, pasar de la madre al feto durante el embarazo, o pasar de la madre al bebé durante el parto y la lactancia materna.

 

Hay más de 30 Enfermedades de Transmisión Sexual. Algunas de ellas son bastante conocidas como la gonorrea, la sífilis, la clamidia, la infección por Virus del Papiloma Humano, la infección por VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) o la infección por Virus del Herpes Simple o VHS. Otras que tal vez sean menos conocidas son distintos tipos de Hepatitis, el linfogranuloma o la tricomoniasis.

 

Aquí te dejo más información sobre prevención. 

¿Cuáles son los síntomas?

Varían según la enfermedad y el lugar donde se ha producido la infección (vagina, pene, ano o boca/garganta).

 

Aunque hay muchas os dejo cuáles son los síntomas en las enfermedades más conocidas por no hacer un artículo súper largo. Pero no os preocupéis que os dejo un montón de enlaces con información en las referencias.

Los signos y síntomas tardan mínimo 2 días en aparecer, e incluso en algunas personas pueden tardar meses lo cual puede provocar que la persona que se infecta no sospeche y tarde en buscar atención médica.

 

Los signos y síntomas más característicos son

 

  • Secreciones en el pene o flujo en la vagina. Puede ser espeso y con color turbio.
  • Dolor y dificultad al orinar.
  • En mujeres, reglas abundantes o sangrados entre reglas.
  • En hombres, dolor e hinchazón en los testículos.
  • Dolor al defecar.
  • Picazón en el ano. 
  • Dolor o malestar en el bajo vientre.

 

 

Esta es una enfermedad un poco más complicada porque, aunque la mayoría de las personas que se infectan no tienen síntomas, la enfermedad va por fases: sífilis primaria, sífilis secundaria, periodo de latencia, sífilis terciaria.

 

Igual que la gonorrea, en el caso de que haya síntomas tardan un tiempo en aparecer, entre 20 y 40 días, lo que puede retrasar la búsqueda de atención médica.

 

Primaria: Por lo general, la enfermedad empieza a dar la cara con una yaga pequeña que no duele en el sitio de la infección. Esta fase dura entre 6 y 8 semanas y la yaga desaparece sola, sin tratamiento.

 

Secundaria: Aparecen yagas rojas o marrones pero en este caso, en cualquier parte del cuerpo, incluso en las palmas de las manos y los pies, que son muy contagiosas. También, las personas en esta fase pueden tener fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos, fatiga, malestar y dolor.

 

Terciaria: En esta fase los síntomas pueden ser entumecimiento, falta de coordinación, parálisis, ceguera y demencia.

De nuevo, los síntomas tardan en aparecer. En este caso entre 7 y 21 días después de la infección. 

 

  • En hombres: Aparece secreción clara y transparente en el pene y dolor al orinar por inflamación de la uretra, el conducto por el que sale la orina de la vejiga. También puede haber dolor o molestia en los testículos.
  • En mujeres: Aumento del sangrado en la regla, sangrados entre reglas, aumenta la cantidad de flujo, cambia el flujo (color, olor y cantidad), puede haber sangrado después de tener relaciones y dolor abdominal.

La mayoría de las veces no provoca síntomas.

 

Bastante tiempo después, entre 1 y 20 meses después del encuentro sexual, aparecen verrugas en los genitales, el ano y la boca. Pueden ser planas o tener «forma de coliflor».

Entre 2 y 20 días después del contacto con el virus aparecen unas ampollas muy pequeñitas o úlceras que duelen. Estas lesiones desaparecen solas, pero el virus no se ha ido, se queda latente en nuestro cuerpo y puede volver a dar signos o síntomas en momentos de mucho estrés o si nuestro sistema inmune está débil.

La infección por Virus de Inmunodeficiencia Humana, tanto en hombres como en mujeres, puede ser asintomática o provocar síntomas parecidos a los de la gripe de 2 a 4 semanas después de entrar en contacto con el virus: fiebre, dolor de cabeza, dolor en músculos o articulaciones, dolor de garganta, tos.

 

Otros signos y síntomas que no se parecen tanto a los de la gripe pueden ser aparición de yagas en la boca, diarrea, pérdida de peso y ganglios inflamados, especialmente en el cuello.

Distintos virus (A, B y C) que causan Hepatitis se pueden contagiar a través de fluidos como la sangre o al tener relaciones sexuales (aunque también se puede transmitir de otras formas). Consiste en una infección que provoca la inflamación del hígado

Como ocurre con muchas otras enfermedades que se pueden transmitir por vía sexual, puede no dar síntomas. El pobre hígado se queja muy poco y no da la cara hasta que está bastante tocado.

Los primeros signos y síntomas pueden tardar en aparecer entre 6 semanas y 6 meses y, aunque hay más, pueden ser: fiebre, mucho cansancio, orina de color oscuro, pérdida de apetito, náuseas, vómitos,  ictericia (piel amarillenta) y heces (caca) de color grisáceo o claro. 

Es muy importante conocer que las Enfermedades de Transmisión Sexual pueden provocar complicaciones graves.

 

¿Qué complicaciones graves tienen las ETS?

  • En mujeres: Si pasa mucho tiempo sin tratamiento puede provocar enfermedad inflamatoria pélvica, infertilidad y embarazo ectópico (peligroso porque no se produce en el útero, generalmente se produce en las trompas de Falopio). 
  • En hombres: Puede dar lugar a infección dolorosa en los testículos.
  • En ambos puede provocar infecciones en otras partes del cuerpo como la piel y las articulaciones.
  • En mujeres embarazadas: En el momento del parto puede provocar conjuntivitis en el recién nacido. 

Si no se trata, la infección puede viajar por la sangre, llegar a distintos órganos y provocar problemas a largo plazo incluso en el corazón, el cerebro o las articulaciones. 

 

En mujeres embarazadas: Aborto involuntario/muerte del feto o enfermedad grave en el bebé, lo que se conoce como sífilis congénita

  • En mujeres: Enfermedad inflamatoria pélvica que provoca dolor en el la tripa y la pelvis, problemas de vejiga y a largo plazo infertilidad y embarazos ectópicos
  • En hombres: Puede provocar mucho dolor en los testículos.
  • En bebes que nacen de madres que tienen la infección, ésta puede transmitirse al bebé durante el parto y provocarle infección en los ojos, los oídos o en los pulmones.

Tanto en mujeres como en hombres, el VPH provoca la aparición de distintos tipos de cáncer: de vagina, de pene, de cérvix (cuello de útero), de ano e incluso de garganta

 

En el momento del parto, si la mujer tiene verrugas genitales, éstas pueden contagiarse al recién nacido

En mujeres embarazadas se puede transmitir el virus al recién nacido en el momento del parto provocando una infección que puede causar la muerte del bebé, el HVS neonatal. Esta es una infección que afecta al cerebro, la piel y otros órganos del bebé.

A largo plazo, el daño en el hígado puede dar lugar a cirrosis y cáncer de hígado.

Si no reciben tratamiento, las personas con VIH que no reciben tratamiento pueden pasar años con el virus latente en el cuerpo sin sufrir síntomas, hasta desarrollar el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). 

 

Con el tiempo, a medida que los glóbulos blancos (las defensas) de la persona van muriendo y cada vez hay más copias del virus en el cuerpo, la persona va sufriendo infecciones de distinto tipo.

 

El sistema inmune es cada vez más débil y síntomas de infecciones comunes aparecen más y durante más tiempo, por ejemplo, la diarrea, neumonía, fiebre, cansancio o aparición de herpes (culebrilla), etc.

Para terminar quiero que veáis algunos de los mitos que rodean a las ETS:

  • El uso de preservativo previene al 100% todas las ETS: Falso. Esto es súper importante desterrarlo. Hay zonas en los genitales y alrededor que el preservativo no puede cubrir. La única forma de evitar al 100% las ETS es no tener sexo.
  • Hay más riesgo de ETS si te depilas: Verdad. ¡Ojo que esto no es un mito! Si te rasuras con cuchilla es más probable que te puedas hacer una herida, un arañacillo y ahí es más fácil la infección.
  • Las ETS sólo se contagian si hay penetración: Falso. Si, por ejemplo, hay sexo oral o masturbación con la mano o juguetes sexuales que han sido usados por otra persona con una ETS puede haber infección. O por contacto piel con piel si hay lesiones. Ahora, si aquello que se utilice para masturbar está limpio no hay riesgo de transmisión.
  • Si una persona no tiene verrugas ni yagas alrededor de los genitales no tiene una ETS: Falso. Ya hemos visto que puedes tener una ETS y no tener síntomas durante mucho tiempo.
  • Si te lavas después de tener relaciones te limpias de virus/bacterias…. y no contraes una ETS: Falso. Una vez el causante entra en contacto con las mucosas, la sangre o alguna herida da igual que te limpies.
  • Enjuagarse la boca o hacer gárgaras después de tener sexo oral mata los virus y bacterias y por tanto, previene las ETS: Falso. Por la misma razón que antes.
  • Si el hombre no eyacula no te contagias: Falso. Aparte de que ya hemos visto que se puede contagiar sólo entrando en contacto con lesiones (úlceras, yagas, verrugas…), el líquido pre-seminal también transmite los «bichitos» causantes de la enfermedad.
  • Sólo las personas del colectivo LGTBIQ+ tienen ETS: Falso. Cualquier persona que tenga relaciones sexuales está expuesta. Lo que sí es cierto, es que los hombres que tienen sexo con otros hombres son el grupo de población que más casos presenta.
  • Se puede contagiar de VIH por abrazar a la persona con la infección, besarla o compartir cubiertos: Falso. La infección se transmite a través de contacto sexual, compartir jeringas, transfusiones de sangre de una persona infectada y de madre a hijo durante el embarazo (transmisión vertical) y durante la lactancia. Además es muy importante que sepáis que si la persona con infección por VIH está siguiendo su tratamiento y no se puede detectar el virus en la sangre no puede transmitir el virus.

 

Muchas de estas enfermedades se pueden curar. Por ejemplo, las provocadas por bacterias como la gonorrea, la sífilis y la clamidia se tratan con antibióticos.

 

Otras, provocadas por virus como distintos tipos de virus de la hepatitis o el virus del papiloma humano (VPH) se pueden prevenir con vacunas o tratar con antirretrovirales y otros medicamentos, como la infección por VIH y por virus del herpes.

 

¿Qué hacer si sospechas que tienes una ETS?

Básicamente ir a tu médico de atención primaria para que te haga pruebas de detección de ETS. Y hay que hacer pruebas de detección de distintas enfermedades porque es común que se contagien más de 1 a la vez

 

Dependiendo de la ETS pueden ser análisis de sangre, de orina o toma de muestras de los genitales, el ano o la garganta. 

Referencias:

 

ETS en general:

Gonorrea:

Sífilis:

Clamidia:

Imágenes:

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