El pasado domingo se celebró el Día Mundial del Medioambiente, y una de las cosas que podemos hacer para ayudar a conservarlo es comer de manera responsable y sostenible.
Ya sabemos que no tiene sentido comprar paquetes de frutas y verduras ya peladas y envasadas, como bandejas de corcho con una mandarina pelada y en gajos.
¿Qué más podemos hacer?
Comprar a granel es una buena forma de reducir la basura que generamos sólo con ir al super, pero si no tienes cerca de casa un sitio donde comprar los alimentos a granel sí que puedes hacer otras cosas. Por ejemplo, no coger las bolsitas de plástico de la frutería para meter una sandía o una calabaza (pónle la pegatina con el código de barras directamente en la piel). Otra idea es reutilizar las bosas o usar el típico carrito de la compra de toda la vida para no gastar tanto plástico.
¡Ojo! Aquí probablemente me gane a algún enemigo: No haces menos daño al medioambiente por comer alimentos ecológicos, orgánicos, bio o la etiquetita de turno que lleven en su envase. ¿De qué sirve que un espárrago tenga la etiqueta de «ecológico» en un supermercado en España si viene de Perú y se ha tirado semanas en un barco echando CO2?
Otra de las opciones para ser más respetuosos con el medioambiente es comer menos productos de origen animal.
Algunas personas deciden ser vegetarianas, veganas o simplemente intentar comer menos carne o pasarse a las bebidas vegetales para no tomar leche. Ya sea por ayudar al medioambiente, porque se preocupan por el bienestar animal o por ambos. Si no eres mucho de bebidas vegetales, no quieres dejar el queso o simplemente no te adaptas, hay otra cosa que puedes hacer. ¡Mírate los huevos! Sí sí. Seguro que habéis visto ese numerajo largo que hay en la cáscara.
Fuente: OCU (Organización de Consumidores y Usuarios).
Es importante que os fijéis en el primer número, ya que nos indica si las gallinas ponedoras se han criado en jaulas, en el suelo de una nave industrial, si tienen acceso al aire libre o si su producción es ecológica. Sus propiedades nutricionales no cambian, pero ¿os imagináis vivir día y noche en una jaula? Yo personalmente escogería el 0 o el 1.
Para las personas que quieren ser vegetarianas, veganas o reducir su consumo de alimentos de origen animal os dejo algunas recomendaciones y avisos:
- Proteínas: Aquí las legumbres son tus grandes amigas. Pero no sólo ellas, también tienes proteínas en los cereales y los frutos secos.
- No, no necesitas suplementos de hierro, tanto si eres vegetariano (bebes leche, comes queso, huevo….), como si eres vegano. Si tienes una alimentación equilibrada, sobre todo si te apoyas en un nutricionista, no tienes por qué tener problemas con el hierro.
- OJO con la vitamina B12: Si eres vegetariano y tomas productos animales (que no sean carne y sus derivados) no te hace falta, pero si eres vegano necesitas suplementos de esta vitamina.
- Una dieta vegetariana o vegana no es necesariamente saludable. Las patatas fritas con ketchup son veganas, los donuts pueden ser vegetarianos y veganos, el azúcar sale de una planta, el alcohol no sale de animales…. Además, muchas empresas sacan un montón de productos aptos para veganos o vegetarianos para ponerse la etiqueta de guays, pero en realidad os están vendiendo alimentos ultraprocesados de muy mala calidad nutricional: Bacon vegano, hamburguesas veganas, carne picada vegana, salchichas veganas….. Fijaos en la lista de ingredientes y veréis que en muchos de ellos casi todo es harina y aceite de mala calidad y un montón de saborizantes, texturizantes y mucha sal.
- Lo mismo pasa con muchas bebidas vegetales, muchas de ellas son un aguachirri cargado de azúcar.
- Mi recomendación es, sobre todo si os queréis pasar a la dieta vegana, que os hagáis un análisis de sangre antes, no vaya a ser que tengáis niveles bajos de hierro o vitaminas y minerales presentes en los productos animales.
- Intentad hacer un cambio gradual, así os será más fácil mantener esa nueva alimentación. Sobre todo si no estáis acostumbrados a comer muchas legumbres y alimentos con fibra, ya que si empezáis a comer mucha verdura de golpe os puede causar molestias (dolor de tripa, gases…).
Además de reducir el consumo de productos de origen animal hay más cosas que podemos hacer.
Elegir alimentos locales:
Ayuda a reducir mucho la huella de carbono de los alimentos, ya que no necesitarán venir de lugares lejanos y por tanto no necesitan de transporte en avión, barco o tren a cientos e incluso miles de kilómetros de nuestra casa.
Escoger alimentos de temporada:
Necesitan menos recursos para su cultivo. Menos agua y productos fitosanitarios como fertilizantes.
Y hablando de agua, ¿os suena la huella hídrica?
Es el volumen de agua que se necesita para producir los bienes que consumimos. Por ejemplo, los litros de agua que necesitamos para producir un kilo de papel, o unos pantalones vaqueros…. y en este caso, los alimentos. Según la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, un 70% de la huella hídrica mundial está relacionada con la alimentación, siendo la carne el tipo de alimento con una mayor huella hídrica. Hasta 15.400 litros de agua se necesitan para producir un kilo de ternera. Un kilo de pollo necesita 4.300 litros de agua. Y en medio tendríamos la carne de cordero (8.700 litros ) y la de cerdo (6.000 litros).
Pero no sólo la carne es problemática a la hora de consumir agua. A mí personalmente me tira mucho para atrás la moda del aguacate. Todo el mundo ahora desayuna tostadas con aguacate, las agendas de Mr. Wonderful traen dibujitos de aguacates, todas las ensaladas cool de Instagram llevan aguacate…
¿Sabéis la cantidad de agua que se gastó en 2018 en nuestro planeta para cultivar aguacate? El equivalente a 2,82 MILLONES DE PISCINAS OLÍMPICAS.
Os dejo por aquí un podcast de La Oveja Verde que trata los problemas que trae consigo el cultivo del aguacate.
Otra de las cosas que tenemos que cambiar en nuestra alimentación para aportar nuestro granito de arena al medioambiente es:
Evitar el desperdicio alimentario.
La FAO en su página web nos da algunas recomendaciones para que no compremos o cocinemos más de lo que vamos a comer, como congelar aquello que sepamos que no vamos a gastar antes de que se ponga malo (esté cocinado o no) o saber cómo conservar mejor los alimentos.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación también nos da una serie de consejos para reducir el desperdicio de comida en casa, como: revisar de vez en cuando los alimentos que tenemos en el frigorífico, el congelador o la despensa, planificar las comidas de la semana, ir a la compra con una lista para evitar comprar más de lo que realmente vamos a comer, revisar bien las fechas de caducidad, si nos sobra comida en un restaurante pedir que nos la pongan para llevar y muchos más.
Cocinar de manera responsable:
También es importante, por ejemplo, apagar la cocina o el horno un poquito antes de que esté la comida hecha para aprovechar el calor residual o utilizar la olla exprés para reducir el tiempo de cocción de los alimentos.
Hay muchas cosas más a tener en cuenta, como la deforestación de los bosques para cultivar, la pesca, las abejas…. Pero por no extendernos mucho vamos a dejarlo por hoy.
Y hasta aquí el artículo de esta semana. Espero que os haya gustado y os sea útil.
Referencias:
https://www.ocu.org/alimentacion/alimentos/noticias/gallinas-sistema-de-cria
https://www.elgranero.com/saborear/frutas-y-verduras-de-temporada-junio/
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0301479720314079
http://www.fao.org/platform-food-loss-waste/es/
https://menosdesperdicio.es/que-puedes-hacer/consumidor
https://www.miteco.gob.es/es/ceneam/recursos/pag-web/guia-reducir-alimentos-centro-educativos.aspx
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/1746-692X.12289